Hielo en Somerset House, cita ineludible
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Fechas, precios y secretos de una Navidad londinense que huele a canela
Estamos en septiembre de 2025, en Londres, y todo el mundo afila las cuchillas: la Somerset House patinaje sobre hielo vuelve a encender la pista y la ciudad empieza a oler a canela y a guantes de lana. ¿Plan perfecto para inaugurar el frío? Sí. ¿Excusa para sentir que vuelves a tener diez años? También. 🎄⛸️
La Somerset House patinaje sobre hielo es ese ritual que te reconcilia con el invierno. Una explanada de novecientos metros cuadrados de hielo perfectamente trazado, enmarcada por la arquitectura de William Chambers, que te mira de reojo como si dijera: “hazlo bonito, que aquí todo queda en la foto”. Abre el 13 de noviembre de 2025 y se despide el 11 de enero de 2026, todos los días salvo el 25 de diciembre, con sesiones de una hora. El bolsillo respira: entradas entre 11 y 26 libras, según la hora y el antojo del calendario. El truco de siempre: madrugar o apuntar a los huecos más tranquilos para el precio dulce; si quieres el prime time, te tocará la franja alta. Nada nuevo, salvo el encanto de un hielo que, año tras año, sigue siendo de los más bellos de la capital.
“El hielo premia la paciencia y castiga la prisa.”
Origen: The exact date ice skating at Somerset House will return for Christmas 2025
Por qué la Somerset House y su patinaje sobre hielo marca el invierno
Fechas cerradas, precios claros y una experiencia que mezcla historia y risa
Lo cuento como lo vivo, con esa mezcla de torpeza y ambición que todos llevamos a la pista. El 13 de noviembre ya suena a campanillas: uno busca guantes, planifica el cacao caliente posterior y calcula el margen para llegar a tiempo porque sí, las sesiones son de sesenta minutos y el reloj no negocia. El 11 de enero apaga las luces; Londres recoge el espumillón, la pista se calla y uno entiende que lo bueno del invierno es que sabe desaparecer a tiempo.
Hay una liturgia silenciosa que se repite cada temporada: primero la venta de entradas, luego la fiebre por las mejores franjas y, para los más organizados, el pase anticipado. La venta general arranca el viernes 26 de septiembre; si quieres pelear menos por el horario goloso, te conviene apuntarte a la preventa. El procedimiento es clásico: paciencia, refrescar la página con cariño y, por favor, elegir tu talla de guantes antes de que el navegador te ponga a prueba.
“En el hielo, la soberbia dura lo que un resbalón.”
En esta casa el hielo no vive solo. Skate Lates es la cita que da brillo a la noche: Foundation FM a los mandos con su energía inconfundible, Ruf Dug desde NTS Radio para los que aman la aguja bien afilada y Sue Veneers para una fiesta de pista con espíritu libre. Las fechas y precios de estas sesiones nocturnas se comunicarán en breve, y ya sabes cómo va: la música sube, los patines se sienten ligeros y la plaza parece latir con un compás propio. Lo llaman una noche de hielo y acaba siendo un pequeño concierto con coreografía improvisada.
“Baila primero, patina después. O al revés; el orden aquí es un detalle.”
Fuera del horario principal, la pista ofrece su cara metódica. Skate School para quienes quieren avanzar con oficio —con monitores de la National Ice Skating Association—; Kids’ Skate Club con estabilizadores y un equipo de ice marshals que vigilan como halcones amables; y Chilled Out sessions con aforo reducido para quienes prefieren el silencio del hielo cuando respira hondo. Hay sitio para la gloria y para el primer paso, para la pirueta y para el pasito corto que te salva del susto.
“El patinaje es literatura breve: una frase perfecta y a por otra.”
Johnny Zuri
“Si un lugar te mejora el humor al primer giro, repite. Si además huele a naranja y clavo, compra dos entradas.”
Comer y mirar: dos deportes complementarios que Somerset House domina. Skate Lounge aguarda con mulled wine, chocolate caliente y esa visión directa a la pista que convierte cada torpeza ajena en un pequeño cuento navideño. The Chalet, el refugio de Jimmy Garcia, propone bocados con acento alpino, plato hondo y calor de estufa invisible. Este año, además, Blondies Kitchen llega con pecado a mano: mince pie cookie cups y una carta hecha para traicionar la dieta con una sonrisa. Comer bien es otra forma de abrigarse.
Y para el regalo con sentido, Shelter Boutique vuelve al patio con marcas invitadas como Oliver Bonas, All Saints y Nobody’s Child durante las semanas previas al 25 de diciembre. Es ese mercado breve y jugoso donde, con suerte, resuelves dos regalos y te llevas tres historias. Comprar con cabeza también es un arte.
“La elegancia del invierno está en llegar con los dedos tibios.”
Si alguien pregunta por qué esta pista se ha hecho un nombre propio desde el año 2000, la respuesta no es misteriosa: arquitectura que abraza, música que empuja y un ritual que no necesita gritar para quedarse. En el centro, la Somerset House patinaje sobre hielo funciona como reloj emocional de la ciudad: marca el inicio de la temporada cuando el Támesis parece más serio y los taxis reflejan lucecitas en el capó. A veces uno sale con la sensación de haber hecho deporte; otras, con la certeza más humilde de haber sobrevivido a dignidad y fricción. Ambas valen.
Johnny Zuri
“No todo el mundo patina bien, pero cualquiera puede patinar bonito. Es cuestión de ritmo, no de ego.”
Quien busque confirmación oficial puede pasar por la crónica de la casa de los planes: Time Out London confirmó la fecha exacta en su artículo, con todo el detalle de horarios y entradas. Me gusta cuando alguien hace los deberes y te deja el calendario listo para el clic. La ciudad, por su parte, afina luces y guirnaldas, y Covent Garden prepara su encendido de siempre, esa ceremonia mínima que multiplica móviles en alto y novios con gorro. Londres se toma en serio el decorado.
Por cierto, lo habitual: entradas que vuelan cuando la agenda se aprieta; si tu plan incluye pista y cena, cuadra los relojes, deja margen y no intentes atravesar media ciudad con el tiempo justo. El hielo perdona menos que el tráfico.
“No hay selfie que compita con un giro limpio.”
Lo que la Somerset House patinaje sobre hielo revela del Londres de invierno
El lugar es un pequeño teatro del invierno. En la banda, un grupo que aprende a frenar sin hacer un croissant con los tobillos; en el centro, la pareja que parece haber hecho un pacto con la gravedad. En los bordes, padres con café y niños que miran el hielo como si fuera un océano posible. El hielo es democrático en lo que importa: todos caemos igual.
Hace tiempo, cuando yo solo sabía frenar contra la pared, descubrí algo que ahora repito como dogma: la pista te enseña a calcular, a respirar en el borde, a no mirar al suelo. A cada vuelta, el invierno parece más amable. A cada resbalón, la risa se impone al orgullo herido. Ahí está el secreto: volver a casa con el frío en la cara y la sensación de haberle robado una hora a la oscuridad.
“El invierno, bien contado, cabe en una vuelta al patio.”
En los descansos, hay conversación. Uno habla de la primera vez que vino, de cuando Somerset House inauguró su pista a comienzos de siglo; del rumor de las cuchillas como escritura sobre cristal; de cómo el patio transforma la ciudad en postal sin pedir permiso. Londres sabe hacer estos trucos: te devuelve la infancia sin retoques. Y tú, que venías a pasar una hora, te quedas con la tentación de repetir al día siguiente. Así funciona este encanto, tan simple como una línea limpia sobre el hielo.
Johnny Zuri
“Hay inviernos que se curan con un giro y un chocolate.”
Referencias que me persiguen cuando patino
“La felicidad no necesita ser transcrita; basta con que pase” — eco amable de Montaigne en mis oídos helados.
“You’ll never walk alone” — de estadio a pista, sirve igual; el hielo siempre acompaña.
“La ciudad te presta su patio; tú pones el equilibrio.”
Detalles que conviene no olvidar, aunque no los parezca
Fechas: del 13 de noviembre de 2025 al 11 de enero de 2026, cierre el 25 de diciembre. Duración: sesiones de una hora. Precios: £11 a £26 en función de franja y demanda. Venta general: viernes 26 de septiembre; con preventa para los que se organizan con cabeza. Skate Lates: noches con Foundation FM, Ruf Dug y Sue Veneers, a la espera de fechas y precios específicos. Programas especiales: Skate School, Kids’ Skate Club, Chilled Out con aforo reducido. Gastronomía: Skate Lounge, The Chalet de Jimmy Garcia, Blondies Kitchen con mince pie cookie cups. Compras: Shelter Boutique con marcas como Oliver Bonas, All Saints y Nobody’s Child. Todo ello arropado por el rumor de un Londres que ya prepara luces, canciones y planes.
“El futuro del invierno es un buen patín afilado.”
Para los que necesitan el dato en mano y el clic fácil, repito la pista de aterrizaje: Time Out London confirmó la fecha exacta. Y cuando la Somerset House patinaje sobre hielo active su venta general, los horarios se moverán como fichas; parte con ventaja quien llega con decisión y un plan B en la manga. El hielo es de los valientes, pero también de los puntuales.
“Lo difícil no es entrar en la pista; es decidir cuándo irse.”
Y ahora, la pregunta que te harás cuando veas las primeras fotos: ¿vas a patinar de día, con el patio en todo su esplendor, o de noche, con música y faroles? ¿Vas por el giro perfecto o por el chocolate espeso? ¿Te apuntas a clase, te llevas a los peques al club o prefieres el silencio suave de una sesión con aforo limitado? Y sobre todo, ¿cuál será tu momento exacto de este invierno en Somerset House, ese segundo breve en el que la cuchilla canta y la ciudad entera parece escucharte?
